sábado, 3 de enero de 2009

FALSOS “YACHAQ”

Artículo Publicado en la Revista de Estudios Sociales. Círculo de Estudios Sociales - Ñan Ruway de la EFPAS-UNSCH. Año 1/Nº02. Octubre 2008. Ayacucho - Perú.

FALSOS “YACHAQ” Y SU RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LA CIUDAD DE AYACUCHO

Lucio Alberto Sosa Bitulas[1]

Desde hace un buen tiempo, en las diversas ciudades del Perú, observamos una fuerte presencia de gentes que se declaran conocedores y especialistas de determinadas ciencias que les permiten realizar tratamientos médicos y consiguientemente sanar desde los males más comunes hasta enfermedades terminales, lo preocupante de este fenómeno es que la demanda por ellos es cada vez más creciente, considerando los resultados que se les atribuye.

Si recorremos las principales ciudades del Perú, encontraremos una avalancha de expertos del Sistema Medico Andino (SMA) y los nombres que adoptan son sugerentes: “Maestra Carmen, Proveniente de Charasani”, “Maestro Juan de Dios de las Guaringas”, “Maestro de Maestros de la Laguna de Chincha”, “Especialista en Herbolaria”, “Descendiente de grandes brujos…” a todos ellos los denominaremos “pitonisos[2]”, estos personajes han tomado por asalto diversas zonas de la ciudad, y estas no sólo están en las zonas periféricas, se sitúan en los espacios de las diversas clases sociales. Los hay para todos y para todos los gustos. Es posible en ella, observar una mezcla de elementos andinos y elementos occidentales, de pronto el “pitoniso” citadino, lo ha asumido como una fuente de ingresos y fuente de empleo, que frente a los verdaderos Yachaq, quienes salieron del útero de pie, tuvieron el privilegio de ser gemelos (a) de nacimiento, poseer alguna malformación de nacimiento, ser tocado por el rayo y por alguna circunstancia de la vida ser elegido por un demiurgo. El proceso de aprendizaje o formación “académica” no escolarizada a decir de Gerardo Fernández, es un proceso que se desarrolla fundamentalmente en el sueño, considera y demuestra en su trabajo de campo, que los yachaq[3] andinos reciben una larga capacitación personalizada no convencional.

Los demandantes de sus servicios, están en los grupos de poder político y económico, lo están también en los sectores sociales “C” y “D”, Carlos[4] nos comentaría: “mis clientes son de lo más selecto, imagínate, mis servicios es requerido por los generales de la policía, acabo de tener anoche una sesión de cura con su esposa” y otro ´maestro[5]´ que igualmente posee un consultorio famoso me manifiesta: “amigo, la brujería y la hechicería no distingue edad, raza, condición social, ataca y va hasta los últimos rincones de la tierra. Mañana tengo mesada para limpiar a una señorita que acaba de llegar de la selva, a ella que tiene 15 añitos le han regalado al sapo y su dolor en el bajo vientre no le permite sonreír…”. Y entonces uno se pregunta, ¿porqué tienen “ÉXITO”? para sanar males físicos y espirituales, que ocurre con el sistema médico oficial (medicina académica) que no es capaz de entender los síntomas que padece la población.

Es posible que la falta de oportunidades de fuentes laborales haya hecho que muchas personas se dediquen a esta actividad y para ello cada uno construye una propia experiencia real o ficticia, probablemente dentro de los muchos migrantes a las zonas urbanas, hayan encontrado fuera de su espacio territorial lo que Ulf Hannerz considera, el repertorio de la ciudad, un oficio para sobrevivir, pero igualmente existen quienes de ella pueden vivir y otros lucrar. Recuerdo un film interesante “EL ÚLTIMO GURÚ” es la historia de un joven que llega a los Estados Unidos en busca del sueño americano, luego de varios días encuentra un trabajo como actor pornográfico y sin proponérsele conoce a una prostituta que le enseña a fingir orgasmo y por casualidades de la vida acude reemplazando a un GURÚ en una fiesta de cumpleaños de una señorita de 15 años, la cumpleañera quedo impactada por ver un JOVEN GURÚ que inspiraba confianza y esperanza en la vida, lo convierte en su Consejero Espiritual y en poco tiempo logra fama y riqueza; termina la historia cuando entiende el JOVEN GURÚ, que esta perdidamente enamorado de su maestra y confiesa que no es un CONSEJERO ESPIRITUAL, fue la circunstancia que lo hizo y pudo evitarlo. A cuántos de nuestros “pitonisos” de nuestra ciudad esto le habrá ocurrido y cuántos de ellos confesarían que son falsos como una moneda de tres nuevos soles.

Sobre el tema encontramos algunos trabajos interesantes, p.e. el que desarrolla Luisa ALBA GONZÁLES, en su trabajo del Porque curan los falsos médicos, evidentemente la experiencia se desarrolla con los shamanes, que deben visitar a los pacientes en el Centro Hospitalario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford – California y a la conclusión que llega después de su observación es estos personajes hacían una simplemente teatralización de los actos rituales, lo que curaba a los pacientes era su fe, esto es, eficacia simbólica. Al poco tiempo los pacientes regresionaban al mal y la justificación era que el paciente no le puso suficiente fe.Otro trabajo sumamente interesante es el desarrollado en la investigación Curanderos: la piedra de la locura, desarrollado por la institución ERESMAS, donde se realiza una revisión histórica de las prácticas medicinales en las diversas culturas y se hace una clara distinción de los verdaderos y falsos practicantes de la medicina; Curanderos y falsos fármacos, trabajado por ISABEL ESPIÑO, considera y observa como los remedios milagrosos hacen dejar de fumar, curanderos itinerantes o los primeros intentos políticos para cortar los timos médicos. Para completar la comprensión del tema que planteamos observemos la siguiente nota periodística: Curandero le cobró un millón de pesos para sacarle un “mal”, las estafas cometidas por falsos curanderos, chamanes, maestros o parasicólogos especializados en ciencias ocultas, denunciadas por un programa de Canal 13 la noche del martes, para nada es un problema ajeno al valle de Aconcagua, señalaría el artículo del diario “El Trabajo” después de ratificar una denuncia recibida el sábado pasado, antes que apareciera el develador programa de televisión, por parte de una mujer de 89 años que, curiosa por un aviso escuchado en una radioemisora local, concurrió hasta calle Traslaviña donde atiende semanalmente uno de estos cuestionados personajes ofreciendo sanación a todo tipo de males, ya sean de tipo físico, síquico, económico o simplemente del corazón. Como observamos no sólo es en nuestra ciudad, puede ocurrir en cualquier ciudad.

Pues bien, el problema central de nuestra reflexión tiene que ver igualmente con las responsabilidades que asume como recetador e interventor, no conozco ningún caso donde se haya sancionado a estas personas inescrupulosas que en vez de mejorar han empeorado a la situación de la salud física y espiritual de la persona. Pareciera que no importase las consecuencias de su actuar, veamos un caso, se habla de la eficacia de la herbolaria y evidentemente es “bueno” y aparentemente no posee ninguna “contraindicación” y su uso en algunos casos es recomendado o aceptado por médicos académicos, cuando sabemos que como seres “BIO” somos producto de la alimentación que existe en nuestro entorno, de modo que no necesariamente puede ser beneficioso consumirlo en cualquiera de sus presentaciones o “supuestas recetas”, no olvidemos que como seres “BIO” somos una composición alimentaria, el problema es que nadie aún ha investigado sobre las consecuencias de su uso y consumo, imagínense todos nosotros tomando “Wayra Muña” o “Ginseng” para arreglar nuestro sistema digestivo, probablemente en el primer día tenga sus efectos, pero nuestro hábito y patrón alimentario hará que no sea efectivo en los siguientes días. Será peor cuando la población empieza a comprar determinados productos, en mesclas o combinaciones de nombres de plantas extrañas, ojala alguna de ellas fuese la que se dice que es.

Si el “pitoniso” se equivoco, la responsabilidad no le pertenece, pero si un médico se equívoco “que le caiga todo el peso de la ley” pareciera no importarle a nadie la mala práctica de estos falsos “pitonisos”, ni al ministerio de salud, ni al poder judicial ni a nadie; hemos sido testigos de varios equívocos y simplemente hemos callado y guardado silencio. Mi reflexión no intenta invalidar la práctica del SMA, al contrario considero que debe valorarse, el problema de fondo es que hoy la practican gentes inescrupulosas, alentados en algunos casos por investigadores y académicos “cientistas”. Finalmente debo considerar que hay necesidad de realizar estudios sobre el caso, aún cuando en una investigación pasada encontramos que el 100% de estos “pitonisos” son embusteros y su práctica debiera ser combatido y erradicado.

[1] Antropólogo. Profesor de la Escuela de Formación Profesional de Antropología Social. Facultad de Ciencias Sociales
Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga - Ayacucho
[2] Pitoniso, para nuestro contexto equivale a aquella persona que aprovecha la demanda por los servicios del cuidado de la salud corporal y espiritual. (Pitonisa, elegida para interpretar el oráculo en el nacimiento del Dios Apolo).
[3] Yachaq = El que conoce saberes de la cultura andina ayacuchana. Dependiendo del lugar, puede utilizarse las categorías CURANDERO, PONGO, HAMPIQ, BRUJO, ENTRE OTROS.
[4] Carlos, posee un consultorio en uno de los hoteles más prestigiosos en la ciudad.
[5] Maestro, posee un consultorio en un alojamiento barato de la ciudad.