viernes, 2 de enero de 2009

EDUCACIÓN Y SALUD

Artículo Publicado en la Revista Nº 01 del Círculo de Estudios Antropológicos "Ñan Ruway". Marzo 2007. Págs. 14-16.

INTERCULTURALIDAD EN EDUCACIÓN Y SALUD

Antropólogo Lucio Alberto Sosa Bitulas[1]

La interculturalidad como propuesta política, en el Perú son recientes, tanto en el Sector de Educación y Salud, las experiencias con la GTZ, se inicia en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno y las propuestas sobre interculturalidad en salud se dan con los esfuerzos que realiza PARSalud y la Universidad San Antonio Abad del Cusco.

Ambas experiencias con resultados “exitosos” y desarrollados en un enfoque que “…conceptualmente la interculturalidad se la ha definido como un contacto simétrico que se establece en distintos espacios de comunicación, entre individuos y agrupaciones humanas, provenientes de culturas distintas. Un diálogo basado en el respecto y valoración mutuas…”[2], evidentemente ello no se ha dado en Los Andes, ambas experiencias han tenido resistencia de parte de los usuarios o beneficiarios.

Reflexionemos, al contrario de lo que ocurre en América Latina, en los Andes del Perú, las “gentes” no quieren aprender el quechua ni valorar su cultura, y lo que hemos hecho los “técnicos cientistas” es empezar a maravillarnos y en algunos casos a eso le hemos denominado ´resistencia del pueblo andino´, que alejados de la realidad estamos, lógicamente ello no ocurre en otros países como: Bolivia y Ecuador, donde la propuesta se forja desde “ellos” (los indígenas).

Mientras que en los Andes peruanos el gran debate es ¿quién es el indígena? (el que maneja una lengua originaría, el que posee una identidad adscrita y comprometida, además el que habita un territorio con pasado milenario) y ¿quién habla en nombre de los INDÍGENAS?, resulta que es, el académico, y no es el involucrado (campesino, cholo, chuto y demás adjetivos muy bien pensados), total hay que pensar, decidir y actuar por ellos.

Siempre se pensó, que el problema en educación era la lengua, evidentemente sí, lo que le costo aceptar al Ministerio de Educación fue, que también había que incluir CULTURA, luego de más de tres décadas la propuesta hoy se denomina EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE RURAL[3]. Si observamos en la propuesta, el modelo es únicamente para los indígenas, y quizá uno de ellos nos diga: “…por qué siempre debemos entender a los blancos o mistis[4]…” … “por qué los otros no pueden empezar a entendernos o entenderse a si mismos”, y a partir de ello, tendríamos que definir que interculturalidad no es acaso: “…el respeto por el otro, por su diversidad, por su diferencia, es decir , tener claro que el otro es distinto culturalmente hablando, lo que a su vez, permite a los individuos que forman parte de la red social de dos sociedades en contacto una convivencia distinta sin prejuicios ni relaciones de tipo vertical…”[5], sólo discurso, y en la práctica no cambia nada de nada.

Los textos lo seguimos elaborándolo los especialistas, los “iluminados”, nos olvidamos de trabajar sobre LOS SABERES PREVIOS (Vigoski), y la interculturalidad es sólo un cliché, no hay resultados, sólo mucha inversión en proyectos y programas.

Mientras que la experiencia en sector Salud, es mucho más reciente, y en ella se consideraba que “…interculturalidad en salud o salud intercultural, han sido conceptos indistintamente utilizados para designar al conjunto de acciones y políticas que tienden a conocer e incorporar la cultura del usuario en el proceso de atención de salud. El tema de la pertinencia cultural del proceso de atención es un fenómeno que trasciende lo exclusivamente étnico pues implica valorar la diversidad biológica, cultural y social del ser humano como un factor importante en todo proceso de salud y enfermedad.”[6], evidentemente en salud, hay una creciente exigencia desde las poblaciones (usuarios) por una comprensión de los sistemas médicos existentes, y en ella la antropología viene permitiendo la comprensión de las poblaciones implicadas en el proceso de atención de salud, sus contribuciones permiten entender la salud y enfermedad desde una dimensión holística, esto es: biológica, psicológica, social y cultural en un espacio de protocolo médico uniformizado, que caracteriza a la sociedad actual.

Las experiencias del personal de salud, han contribuido a un encuentro de construcción de puentes de dialogo, convivencia y tolerancia, todo una práctica, que requiere ser sistematizada para su socialización, quizá en este proceso, los antropólogos nos hemos excluido por razones nuestras o ajenas. Hay la necesidad de construir equipos capaces de orientar una línea de acción, cuando el Gobierno Peruano, ha asumido el enfoque como política de estado.

Esperemos no dejarnos halar por aquellos que caen en el impulso de considerar a ésta nueva propuesta como medicina alternativa, ellos, consideran que deben negar los logros de los otros sistemas médicos y empezar a usar la hierbas, minerales, seres vivos, entre otros. De eso no se trata, las experiencias sobre etnomedicina, deben construirse desde nosotros; que complicado sería si a los mexicanos les dijéramos que el “pirul”[7], no debe usarse para limpias, úsenlo para hacer aqa[8], lo que sostengo no es nacionalismo, sino, respeto por el otro.

El debate recién empieza, tanto en educación y salud, esta reflexión breve, nos debe permitir debate y dialogo, desde una opción horizontal, considerando importante para ello los espacios de convivencia y fundamentalmente ser tolerantes en nuestras propuestas. La interculturalidad no es conducirse en un doble discurso sin práctica.

[1] Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales – UNSCH. Febrero del 2007.
lucioalbertos@hotmail.com
[2] Definición manejada por PUCV – Chile.
[3] Desde los inicios del 80 de denomino Educación Bilingüe Intercultural.
[4] Blancos o mistis = Académicos y expertos en temas andinos.
[5] F.Cit. PUCV – Chile.
[6] Ana M Alarcón, Aldo Vidal H, Jaime Neira Rozas. Salud Intercultural.
[7] Pirul = Molle
[8] Aqa = Chicha